Sinopsis:
Rebeka, veinteañera y bilbaína, odia las despedidas de soltera, pero muy a su pesar se encuentra en Londres celebrando una. Mientras lamenta su suerte en la barra de un bar, conoce a Gary, norirlandés treintañero, quien se presenta a sí mismo como una estrella del rock. Tras una noche de risas, cervezas y chupitos, Rebeka se despierta en casa de Gary. Y menuda sorpresa cuando descubre que no solo es una estrella del rock: es el cantante y fundador de Everlasting Wound, uno de los grupos con más tirón del momento.
De vuelta en Bilbao, Rebeka trata de retomar su rutina en la universidad, con su exnovio, que es bastante capullo, con su amiga Ana, que reparte consejos poco ortodoxos, y con un Gary que no la va a dejar escapar. Y es que hay parejas que cocinan las relaciones a fuego lento, y hay otras que se consumen desde el primer día. Pero los monstruos de la fama, el pasado y el futuro van a hacer que las ochocientas cincuenta millas que separan Londres de Bilbao sean el menor de sus problemas…
Mi opinión:
¿Cómo me podéis dejar así, alucinando como una descosida, con la
boca abierta y los ojos en plan What the fuck? La primera parte de esta bilogía
es bestial, aunque al principio, cuando se conocen es un poco más tranquilo,
conforme pasan los capítulos esta novela se convierte en alucinante por
momentos.
Una cosa que me llama la
atención es que uno de los secundarios, Josh me parece completamente bipolar,
lo mismo adora a Rebeka que la odia y dice cosas malas, pero a los cinco
segundos vuelve a ser el hombre adorable que era, un hecho de lo más hardcore.
En cuanto a la mejor amiga de
ella, Ana, está loca y es la clase de amiga que todos quisiéramos tener,
aunque tenga el tampón en la mano cada dos segundos, agitándolo como si fuera
una espada, que más que llorar con la movida que tengas terminas descojónandote
vivo, que oye, que sería la bomba que me hicieran eso cada vez que estoy mal.
En cuanto a los protagonistas se enfrentan a una relación un tanto
tóxica para mi gusto con más idas que venidas, sobre todo cuando descubren el pasado
oculto de él a base del alcohol y las fiestas a lo Paris Hilton y Lindsey Lohan
y que el ex de ella que es un auténtico cretino maltratador con más ego que
espalda y que nunca acepta un no por respuesta no ayudan a que la relación sea más
normal ya que si no hay problemas por un lado hay problemas en el otro y cada
vez los protagonistas se hacen más daño.
Los protagonistas tienen mucha mierda en su pasado, tanto que la
distancia es el menor de sus problemas y siempre acaba alguien de
intermediario, aunque la verdadera mayoría de las veces es Ana.
Rebeka me parece la típica cría de más o menos mi edad que
necesita a alguien que la quiera y que esté con ella, por eso se engancha, a mi
parecer, a Gary y en cuanto a Gary me parece algo bipolar cuando quiere pero en
el fondo hay un chico tremendamente encantador que ha pasado por demasiada
mierda, pero todos al final buscan su redención.
La pluma de esta autora es bastante ágil pero sin rozar lo
excesivo, en su punto justo y me ha gustado muchísimo esta historia de amor que
hace que quiera buscarme yo misma a mi propio Gary.
Como dije anteriormente, esta novela es bestial y me había llamado
la atención desde el primer momento que la vi anunciada ya que mi tema favorito
de novela romántica son los rockeros.
La novela me ha gustado horrores y espero despertarme un día y que
sea ya abril para deleitarme con la segunda parte de esta hermosa bilogía.
Nota: 10
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